lunes, 16 de julio de 2012

El emprendedor y su fuente de inspiración

Hace algunos meses leí un libro que ha marcado un punto y aparte en mi vida profesional. Su autor Álvaro González Alorda y su título “los Próximos 30 años”. 

En él, despliega una serie de consejos que al final te enfrentan con el cuestionamiento existencial de si los próximos 30 años los quieres vivir cómo espectador o cómo protagonista. La respuesta termina siendo obvia, todos queremos vivirlos cómo protagonistas, sin embargo esta decisión tiene sus riesgos y su precio, hay que estar dispuestos a pagarlo.

En una de sus recomendaciones Álvaro González Alorda plantea las “Escapadas Sabáticas” para recargar las baterías intelectuales, justamente para no quedarse anquilosado y obsoleto en un mercado que cambia constantemente y que la globalización ha abierto a una competencia de otro nivel.

Una escapada sabática que por lo menos tenga una semana anual, que se acompañe con un curso y una buena selección de documentos para estudio de tu especialidad puede ser de una gran inspiración. “Cambiar de aires” para ver las cosas con perspectiva, tiempo para cultivar el espíritu, para “parir” nuevas ideas. Utilizo el verbo “parir” porque este proceso tiene su contenido de dolor, las nuevas ideas no siempre son un lugar común, se trata de ver lo que los demás ven y tú mismo ves, pero con un sentido distinto que sólo es para ti y sólo lo puedes ver tú.

Necesitamos reflexionar sobre cómo podemos mejorar lo que estamos haciendo, buscando nuevas formas, nueva información, aprendiendo de otros, revisando que hacen las mejores empresas en nuestro sector, con un esfuerzo distinto desde una perspectiva distinta. Necesitamos encontrar aquellas oportunidades de negocio que nos permitan aprovechar de mejor forma nuestro talento, que nos lleven a buscar no solamente la mejor oportunidad en los sectores más atractivos, sino la mejor oportunidad para mí.

No todos nos inspiramos de la misma forma, hay quienes lo logran a través del arte como la música, la pintura, la escultura, el cine. Otros a través de la naturaleza: el mar, el bosque, la selva. Algunos otros a través de la lectura. ¿Qué pasaría con tu vida si cambiaras las horas que pierdes en el tránsito de la ciudad o aún frente a la TV si pudieras cambiarlas por esas actividades que te inspiran, te relajan y te ponen en un “mood” que favorece la creatividad?

Date un espacio para recuperar el foco y la disciplina en lo que haces, algo así como volver a las bases, que te permita ver tu realidad con un poco de perspectiva y que te lleve a replantear tantas cosas que tienes que mejorar y que te saque del letargo intelectual en el que te mete la rutina. Busca ese lugar inspirador que te permita ordenar las ideas, empezando por escribirlas, reposarlas, repensarlas hasta que te digan algo distinto.

Reflexiona que haces con tu tiempo, actividades como esta, aunque parezca que te ponen al borde de perder el tiempo, te ayudan a utilizarlo de una forma más eficaz. Yo comienzo a poner en práctica este consejo que te doy con mi “escapada sabática” al Silicon Valley en California, Estados Unidos. Espero que este viaje pueda enriquecerme para “parir” esas nuevas ideas que me lleven a dar un paso adelante en mi modelo de negocio y tener más temas interesantes para compartir contigo.

Jorge Peralta

@japeraltag


@innovadisrup

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