domingo, 7 de octubre de 2012

Innovar implica incertidumbre, no innovar implica morir

Mucho se ha discutido sobre si las diferencias entre innovar y mejorar. Muchas personas piensan que cualquier mejora es una innovación, y muchos científicos o académicos piensan que la innovación siempre está fundamentada en un desarrollo científico que ha llegado hasta el mercado. Son dos extremos de una realidad.
La gente común no buscamos innovar solo porque una mañana nos levantamos con espíritu innovador, más bien pensamos en una idea que resuelve una problemática particular de un grupo de personas particular, solo entonces las ideas podrán convertirse en proyectos reales. Todo proceso de cambio genera una resistencia en las personas, es un hecho que forma parte de la naturaleza humana, sin embargo los cambios son necesarios, de otra forma nuestra sociedad estaría paralizada, sin avances.
Nuestra sociedad se encuentra ávida de cosas nuevas, de soluciones a problemáticas que no se han logrado resolver, o simplemente los consumidores se encuentran necesitados de productos o servicios que los cautiven, que los inspiren o que al menos tengan la posibilidad de hacerlos “diferentes” a los demás al tener el último adelanto tecnológico o de otro tipo, ¡pero lo último!; de otra forma no nos podríamos explicar, por ejemplo, que al momento del lanzamiento del iphone 5, ya tuviera dos millones de unidades vendidas; seguramente muchas de ellas de propietarios de iphone 4S, el más nuevo antes del 5 y a menos de un año de su lanzamiento.
Las empresas, luego entonces, siempre buscan la forma de mantenerse vigentes con sus clientes, de darles algo mejor o algo “diferente”              que lo que ofrece un competidor y eso implica la necesidad de innovar, de explorar terrenos desconocidos de buscar alternativas para ponerse adelante, de ser distinto. Sin embargo esta actitud implica riesgos, implica la incertidumbre de intentar cosas que los demás no están haciendo, y que no siempre resultarán exitosas.
Creo que cuando una persona se adentra en terrenos desconocidos en la solución de un problema concreto es cuando está realmente innovando, lo cual implica el riesgo de equivocarse, de fallar, la posibilidad de perder dinero; es ahí cuando entra ese reflejo de buscar seguridades, de buscar mejores prácticas de otros, que nos digan si alguien más ya lo probó y le fue bien. El resultado será que podremos avanzar pero terminaremos haciendo lo que otros hacen.
La innovación requiere siempre cierto grado de incertidumbre, más allá si los cambios o los ajustes que se hagan al proceso, al producto o al modelo de negocio se alejen o no de lo existente, entre más grandes sean las metas que queremos alcanzar  mayor será la incertidumbre en la que te encuentres y por lo tanto se asume un riesgo mayor con las decisiones. El campeón bateador del Beisbol de las Grandes Ligas tiene un promedio de bateo de casi .500 es decir que de cada vez que se para en la caja de bateo solo le pega a la mitad de sus posibilidades, pero siempre intenta conectar aún con el riesgo de salir ponchado porque siempre se mantiene la incertidumbre del lanzamiento que le harán.
Si las decisiones que se toman están orientadas a lograr solo algunas mejoras, estaremos corriendo algo de riesgo pero con muy poca incertidumbre, es decir seguiremos en el camino intentando hacerlo mejor cada día, lo cual no está mal, al contrario ¡es loable!, sin embargo eso no es innovar, y lo más seguro es que nuestros competidores sigan la misma lógica: un poco  de riesgo con baja incertidumbre para no perder lo que se tiene.
Cuando una empresa decide invertir una cantidad importante de recursos en un nuevo equipo que logre hacer más eficientes sus procesos, estará asumiendo un riesgo por la cantidad invertida, pero una incertidumbre muy acotada porque seguirá básicamente en los mismos procesos. Sin embargo cuando una empresa cambiará completamente de proceso para incorporar a oferta una nueva gama de productos que resultarán diferenciadores son lo que hay en el mercado, no solo asume el riesgo de la inversión sino también la incertidumbre de un nuevo mercado o un nuevo target.
Las organizaciones exitosas y maduras son las más proclives a no correr riesgos, o si estos se corren que sea con la menor incertidumbre posible. Pero es algo que pasa en las grandes organizaciones y también en las pequeñas, es un tema más de la visión que tengan las personas que las dirigen, pero qué difícil es cambiar en el éxito, ¡si todo va muy bien para que cambiar!
Hoy la innovación se ha puesto de moda, todo mundo dice que esta innovando, pero no más allá de lo que nos genere incertidumbre, riesgos altos y los saque de la zona de confort. Muchas empresas se aferran al cliente, cuando no lograrán su fidelidad si no son capaces de generarle constantemente satisfacciones valiosas.
La innovación siempre provoca incertidumbre, pero no innovar es la mejor forma de meterse por caminos de una muerte lenta pero segura.
Jorge Peralta
@japeraltag
@innovadisrup

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