sábado, 21 de junio de 2014

Emprender: soñar y quedarse corto

Emprender es un signo de una gran rebeldía. Decidirse a comenzar una nueva organización entraña una gran cantidad de retos y en particular el de moverse en medio de una extrema incertidumbre, más aún cuando se plantea una iniciativa destinada a mover el status quo imperante.

Si la nueva organización es innovadora, si su propuesta viene a romper con el modelo de pensamiento vigente, ésta requiere de un liderazgo innovador, ese que es capaz de transformar la realidad y en algunos casos de inventarla. En estos casos no sólo se corre el riesgo que cualquier proyecto trae consigo, sino que además se vive en la incertidumbre de que se esta recorriendo un camino desconocido, sin reglas, sin precedente.

Cuando se desarrolla una nueva propuesta completamente innovadora, genera un ambiente de cambio que en muchos casos provoca inseguridad y rechazo. El rechazo siempre será una buena señal, la señal cierta de que es una propuesta nueva, diferente, porque si no generara ninguna reacción habría que pensar en que no se trata de algo muy innovador.

Entre más radical sea la propuesta, mayor será el temor que puede provocar en el emprendedor porque no se tienen referencias, ni marco de comparación como para evaluar si esta iniciativa tiene futuro o no y en muchas ocasiones también se genera dudas sobre si el propio talento será suficiente para esta nueva aventura.

Para un emprendedor, la pasión y el deseo de cumplir el sueño, junto con el esfuerzo permanente para no caer en el desánimo a pesar de los reveces, demuestran que el límite que pone el propio talento puede moverse hasta el lugar donde llegan los sueños.

En más de una ocasión entendemos por emprendedor sólo aquel que funda una empresa, y aún cuando existen muchas historias de éxito, sólo unas pocas son las que generan la adhesión o animadversión de una gran cantidad de personas por su grado de innovación, por su forma de cambiar la realidad.

Hoy quiero hablarte de uno de esos emprendedores que ha cambiado su tiempo, de Josemaría Escriva, San Josemaría, de quien celebramos su fiesta el próximo 26 de junio. Hablar de San Josemaría es hablar del Opus Dei, de la organización fundada por él en Madrid, España el 2 de octubre de 1928.

San Josemaría vino a recordarle a la cristiandad de su tiempo, que las personas ordinarias podían aspirar a la santidad en el cumplimiento fiel de sus actividades ordinarias. Aún cuando pareciera un tema obvio en nuestro tiempo, en la época de fundación, fue algo revolucionario. Para la mentalidad de la sociedad, el marco jurídico de la Iglesia y su jerarquía, la propuesta que comunicaba San Josemaría era algo completamente revolucionario. Fue hasta el concilio Vaticano II en la década de los 70´s que la Iglesia integro como parte de su doctrina la llamada universal a la santidad que planteaba San Josemaría, no porque no existiera sino porque no estaba explicitada de la forma en la que San Josemaría la impulso.

Que el fundador fuera un sacerdote español, con solamente 26 años y de una clase social media, venida a menos también era un acto verdaderamente revolucionario en aquella época. Tal vez si hubiera sido mayor y de nacionalidad norteamericana tal vez sería más creíble, pero no, parece que Dios tiene otros caminos.

San Josemaría correspondió plenamente a la vocación recibida y se lanzo a emprender una institución con un mensaje diferente a pensar de que sus fuerzas, sus recursos y las circunstancias ponían un escenario adverso. Es verdad que la vocación divida suple cualquier deficiencia pero también es cierto que esa vocación divina requiere de la total correspondencia del sujeto.

San Josemaría tiene todas las características de un emprendedor de alto impacto en términos actuales y la fundación que realizó, el Opus Dei, las características de una organización global innovadora que transformó la visión de su tiempo sobre la realidad de la vida cristiana.

Algunas de sus características personales:
  • Liderazgo natural.
  • Flexibilidad en medio de la incertidumbre para avanzar hasta llegar al objetivo
  • Resistencia a la frustración al mantener la visión por encima de las dificultades.
  • Afrontar los problemas desde una perspectiva holística
  • Salud emocional a prueba de balas

Ser líder implica conducir, inspirar, transformar, progresar. Ser líder en aguas tranquilas puede resultar algo más ordinario, ser líder en un ambiente de turbulencia, de cambio y más aún proponer esos cambios que rompen con el status quo requiere de un talento especial, pero sobre todo la convicción de que las grandes propuestas se fundamentan en la fidelidad a los objetivos.

No tuve la fortuna de conocerlo personalmente, pero lo conocí a través de sus hijos que al igual que el fueron fieles a la vocación recibida y emprendieron el Opus Dei en otras regiones. En 1992 tuve la fuerte de conocer, tratar y querer profundamente a Pedro Casciaro otro sacerdote español que trajo el Opus Dei a México en 1949 y que al igual que muchos otros comenzaron con la aventura de traer esta institución de la Iglesia a otros países.

Cada vez que el Opus Dei llega a un nuevo país, se adapta a la idiosincrasia de cada país, siendo fieles al espíritu fundacional y cambiando todo lo demás que no es esencia para adaptarse a una región en particular. En 1994 Pedro Casciaro publicó un libro que describe una etapa de su vida con San Josemaría y el comienzo del Opus Dei en México, su nombre lo dice todo “Soñad y os quedaréis cortos”.

San Josemaría, de quien celebramos su fiesta el 26 de junio, es un buen ejemplo de cómo vivir ese liderazgo, es un buen ejemplo de un emprendedor que supo soñar y que la fidelidad a sus sueños lo hicieron quedarse corto. Si bien la fundación de una institución como el Opus Dei es una inspiración divina, requirió de una persona con las cualidades suficientes para sacarla adelante con fidelidad al mensaje recibido, sin esas cualidades emprendedoras de San Josemaría el resultado no hubiera sido el mismo.

Emprender es una vocación, es una manera de servir a esta sociedad nuestra que tanto necesita de agentes de cambio. Será un buen propósito para cualquier emprendedor soñar y esforzarse por cumplir sus sueños. Tal vez con el tiempo San Josemaría pueda ser el patrono de muchos emprendedores, ya el fue un gran emprendedor.

Jorge Peralta
@japeraltag


@innovadisrup

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