sábado, 15 de agosto de 2015

Se buscan constructores de sueños

Esta semana comenzamos nuevamente la actividad con algunos grupos de universitarios emprendedores. Siempre es grato “ganar algo de juventud” al interactuar con ellos, y tal vez lo que más me gusta en esas primeras reuniones es preguntarles en relación con su visión de futuro:


¿Cómo te imaginas en algunos años? ¿Cuál es tu sueño?

Las respuestas son de lo más variadas, desde los que quieren seguir la misma profesión de sus padres para continuar con el negocio familiar, hasta los que piensan en formar una empresa nueva, los que ya tienen un sueño pero quieren darle forma, pasando por aquellos que todavía no tienen tan claro lo que quieren ser de mayores pero también con grandes deseos de triunfar, de trascender.

Pienso que a esa edad, los sueños están relacionados con las influencias que recibimos, nuestra cultura, nuestra idiosincrasia, el barrio donde crecemos, la familia en la que nos formamos, ya que ésta es nuestra primera red de colaboración. Si estamos rodeados de personas triunfadoras y felices será más probable que nos animen a seguir nuestros sueños y que puedan orientarnos cuando las cosas no marchan como lo pensábamos. También a esa edad solemos pensar con frecuencia que no podemos superar las barreras que observamos y nos entra la tentación de tirar la toalla para buscar algún camino más sencillo; en esos casos la orientación de otros que han recorrido ya ese camino puede ser de gran ayuda.

Necesitamos esos mentores que nos permitan construir nuestros sueños, aún más, que se den el tiempo de soñar con nosotros para animarnos en el camino, para ayudarnos a soñar más lejos y con más ambición de lo que podríamos hacerlo nosotros solos. Personas que más por su valentía que por su capacidad logran hacer realidad sus sueños y ayudan a los demás a cumplir los suyos.

Después de esas respuestas llenas de ilusión en personas jóvenes que comienzan su camino profesional que reflejan  en la mirada me surge la pregunta de porqué, esos mismos jóvenes, al transcurso del tiempo, cuando ya están adentrados en la vida profesional han perdido en muchos casos la ilusión.

¿Qué sucede durante 20 años que logra cambiar la perspectiva y hace perder el brillo en los ojos, ese que comunicaba la pasión por lo que se hace?  

En algunos casos, fueron seguramente los fracasos los que nos hicieron perder el  gusto por las cosas y los que poco a poco fueron minando la alegría, los que nos fueron llevando por caminos de inseguridad. En muchos otros casos son esos “destructores de sueños” los que matan la posibilidad antes de intentarla, personas “prudentes” que nos animan, con buena intención, a recorrer un camino más seguro, a buscar “un trabajo de verdad” en el que tengas un horario y un sueldo fijo que te permita un “balance” perfecto entre el trabajo y la vida para que tengas mucho tiempo para ti. “Eso de ser emprendedor no es para ti, es para personas que tienen la vida resuelta” o “espérate a que tengas más experiencia”.

Hoy más que nunca se requieren mentores que provoquen los sueños que inspiren a la gente joven, que los inviten a llegar lejos, que los inviten a ser audaces, a correr el riesgo de hacer lo que te apasiona. Muchas veces te asaltará la duda de si es conveniente seguir tus sueños o “ser más prudente” e ir por el camino seguro. Los obstáculos siempre estarán ahí, tus sueños también si los sabes alimentar y te dejas guiar.

Los rápidos cambios que experimenta nuestra sociedad abren la puerta a muchas posibilidades de nuevos negocios, nuevas formas de resolver los viejos problemas, nuevas funciones que no han sido inventadas, nuevos productos y servicios que revolucionen. Seguramente si reflexionas sobre tantas cosas que quisieras comprar y no las encuentras como quieres, te darás cuenta que hay un sin fin de oportunidades allá afuera que esperan una solución, proyectos que esperan un emprendedor y ese emprendedor tal vez puedas ser tu, si avanzas con tus sueños.

Hay un tercer bloque, esos que intentan seguir su sueño, pero lo siguen sin quemas las naves, sin echar toda la carne al asador, solo dándoles el tiempo que les sobra y sin quemar las naves, siempre más como un plan B que como ese proyecto que les abrace toda la energía. Déjame decirte que muy probablemente el resultado no será lo esperado. Si en ocasiones poniendo toda la energía el resultado no llega!! Poniendo solo una parte de tu dedicación lo más probable es que el resultado no sea el esperado.

Nunca llega el tiempo oportuno para lanzarse y correr el riesgo, tú lo haces oportuno con tu pasión y dedicación. ¿Tu que opinas?

Jorge Peralta

@japeraltag


@innovadisrup

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