sábado, 31 de octubre de 2015

¿Colaboración real o farsa de colaboración?

La colaboración tiene dos vías; se colabora cuando se recibe pero también cuando se da. Es más fácil colaborar cuando se recibe que cuando toca dar, sin embargo existe un gran satisfacción cuando se logra apoyar a otros.

En ese sentido la colaboración puede ser amenazada por el temor a salir de la colaboración con saldo negativo. Sin embargo, para que pueda ser apreciada en una mejor dimensión, conviene analizar la colaboración desde una perspectiva de largo plazo de tal forma que no exista la “urgencia” por capitalizar el beneficio. Por ello la mejor forma de comenzar una colaboración es dando.

Bajo un es esquema de colaboración todos buscan bienes valiosos y escasos; en ocasiones unos tienen bienes que los demás no y viceversa, de los que siempre es necesario estar dispuestos a dar para ponerse en posición de recibir.

Un primer elemento con el que se podría compartir son las ideas, tal vez es más fácil comenzar con este intangible que con otro tipo de recursos, ya que comenzar con otro tipo de bienes puede resultar más complicado. Las ideas se nutren con la conversaciones valiosas, muy pocas cosas salen bien a la primera y la inspiración (que si existe dice Picasso) suele llegar cuando te encuentras dispuesto a escucharla.

Esto requiere de varias virtudes personales que no son fáciles de adquirir: Saber escuchar, flexibilidad, saber compartir, empatía, etc. Conversar, platicar, compartir, parecen ideas fáciles, ideas comunes, pero en una sociedad como la nuestra tan acostumbrada a la individualidad son actitudes cada vez más escasas.

Es común que lo jóvenes no quieran platicar su idea por temor a que se las roben; lo que no se dan cuenta es que las ideas, solo las ideas, no valen nada, lo que vale es la capacidad de ejecutarlas; ¿Qué sucedería si los emprendedores pudieran platicar sus ideas, pulirlas, rebotarlas con otros, construir sobre ellas, hacerlas más robustas, ¡Cuántas ideas podrían llevarse al siguiente nivel!

La colaboración requiere de una preparación, de un ambiente adecuado, pero ese ambiente no se crea por generación espontánea, es necesario plantearlo, buscar esa intencionalidad. Posiblemente ayude un espacio físico en el que pueda conversar, compartir.

Una organización, cualquiera que sea, requiere de objetivos comunes, de métricas que favorezcan al grupo porque de otra forma, nuestra naturaleza avanzará más en el sentido de la individualidad. No se trata de que la individualidad sea negativa, nada hay más personal que la libertad, pero cuando se trata de crear, una cabeza y dos manos son muy pocas.

Robar ideas suena mal, pero robarlas para repensarlas y llevarlas más lejos, me atrevería a decir que aporta al colectivo, porque no es robar para apropiarse de un mérito, es apropiarse de ellas para llevarlas a otro nivel y obtener mayores beneficios para todos.

Las redes de colaboración, los ecosistemas (como es nuestro ecosistema emprendedor) permiten poner ese ambiente adecuado para buscar que las ideas se socialicen, que otros colaboren, que logren hacerse más grandes. Sin embargo puede introducirse un cáncer de la colaboración que desafortunadamente también crece, que es la colaboración buscando sólo el beneficio personal:
“Colaboro sólo cuando tengo una posición de desventaja, pero cuando me toca compartir prefiero guardármelo solo para mi. En otras palabras me gusta la colaboración para recibir pero no para dar.”

Esa es una farsa de colaboración, y desafortunadamente se da con mucha frecuencia, y el ecosistema también va descubriendo a personas que realmente colaboran dando con generosidad y aquellas que sólo usan el ecosistema como una forma de aprovechar lo más posible sin la intención de compartir. La farsa de la colaboración es el verdadero robo: te hacen pensar que colaboran cuando en el fondo te están robando no sólo las ideas sino la confianza, y tal vez lo que es peor, te roban las ganas de colaborar.

La colaboración es un gran instrumento, siempre y cuando los que colaboran estén dispuestos a que ésta se de en una doble vía, la de dar y recibir. Cuando decides colaborar hay que estar siempre dispuestos a dar de lo que tu tienes, sólo así abres la posibilidad de recibir.

Jorge Peralta
@japeraltag


@innovadisrup

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